Año 1 · Número 4 · Publicación trimestral · 22 de septiembre de 2021

PRESENTACIÓN

Tropezada, sería la palabra con la que podría resumirse la edición del cuarto número de Silencio, ya que, por cuestiones de orden técnico principalmente, el trabajo en cada una de estas páginas que en beneficio de la fraternidad universal regalamos, se vio retrasado, sin embargo, y a pesar de que la masonería pueda disminuir su paso, nunca habrá de detenerse.

Llegar al cuarto número de esta revista, que lentamente va creciendo en el cariño y la estimación de los Queridos Hermanos, ha sido una labor ardua, pero al mismo tiempo deleitable. Algunos hermanos que publicaron en los números anteriores, nuevamente lo han hecho en éste, y otros nuevos se han sumado a la causa de este proyecto a fin de fortalecer la instrucción dentro de los Respetables Talleres. Indudablemente, siempre que nos llega un texto pidiendo ser publicado, o algunas palabras de aliento, es para nosotros un aliciente para seguir formando cada una de las letras que aquí esperan por ser leídas, y es gracias a quienes aquí escriben, pero también a quienes nos leen, que no dudamos en permanecer en esta labor cuyo rumbo es incierto, pero, queremos pensarlo, esperanzador.

Lejos de esperar fama, gloria o dinero, Silencio busca sembrar semillas de consciencia en sus lectores, sean o no éstos miembros de la Augusta Institución que alegremente representamos, y es por esto que nada de lo que aquí pueda leerse será vendido nunca, pues, como lo indican nuestras liturgias, no hay acto más noble para la masonería que la caridad y si somos nosotros testigos de que nuestro mundo sigue corroído por la ignorancia, la hipocresía y la ambición, ¿no sería necesario, entonces, que actuáramos amorosa y desinteresadamente a fin de resarcir los daños de la corrupción social?

Muchas son las maneras que la masonería tiene para mantenerse en el desbaste de las piedras brutas, algunas son artificiales y pasajeras y otras son más sinceras y duraderas, mas nunca eternas, pues esta condición es única del Gran Arquitecto del Universo, a quien estos trabajos están dedicados. ¿A cuál de estas manifestaciones pertenece Silencio? El tiempo habrá de decirlo, sin embargo, esperamos encontrarnos más del lado de la sinceridad y perseverancia, y no tanto de quienes hacen una masonería artificial, débil, humorística, vulgar y vacía.

Queridos Hermanos, estimados lectores, el otoño llega para unos y la primavera para otros. A los primeros, se les aconseja la reflexión del camino andado y a los segundos, el dibujo de una sonrisa en sus rostros por el esplendoroso astro que nuevamente comienza su ascenso. Silencio se mueve con los ciclos astronómicos, se tropieza, pero nunca detiene su marcha.

Es cuanto, Queridos y Venerables Hermanos Silentes

Fraternalmente

Miguel Ángel Martínez Barradas

(Director)

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